Déjame decirte que estabas especialmente bella esta noche. Que tus manos han cambiado el tacto de mi piel y si ahora me toco aún te siento. Déjame contarte al oído que podría vivir en tus labios y beber de tus besos, que tu voz es mi arrullo y tu olor mi descanso. Déjame gritar al mundo que tu fuego es mi agua y tu luz mi recreo, que con tus ojos miro y en tu mirada sueño.
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