domingo, 6 de marzo de 2011

...ALQUIMIA...

Puedo considerarme buscadora de mezclas perfectas.
Incluso existen situaciones cotidianas a las que otorgo el valor casi de ritual. Y simplemente, no pueden modificarse ni lo más mínimo porque dejarían de ser tan satisfactorias. 
Los spaghetti bolognesa, por ejemplo, son plato obligado dos domingos al mes (el placer aumenta si es domingo de resaca); y en este caso mi ritual para ser completamente feliz consiste en:
a) servírmelos en una fuente honda tipo ensaladera
b) mirar la cantidad y sonreir incluso antes de probarlos siendo consciente de la cantidad tan desmesurada que pretendo comerme
c) nada de mesas. Tengo que estar recostada en el lado derecho del sofá, con la espalda sobre dos cojines (uno de los rojos y otro de los de rayas negras y blancas).
d) la fuente apoyada entre el pecho y el ombligo, sin bandeja.
e) mi trapo sagrado y una servilleta de papel debajo de mi pierna izquierda
f) la botella de agua (no puede ser vaso) accesible para mi mano derecha
Si da la casualidad de que el domingo viene alguien a comer a casa, obviamente no puedo comer estilo Cleopatra y me siento a la mesa. Pero esto supone que a más tardar al día siguiente, tengo que volver a comer spaghetti bolognesa porque no los he disfrutado ni la mitad de la mitad y NECESITO MI MOMENTO. NECESITO MI DOSIS DE FELICIDAD AL 100%.
Manu a veces me llama loca (con todo el amor del mundo), pero yo prefiero decir que soy una persona a la que le cuesta muy poco ser feliz. Y puedo ser la mujer más feliz del mundo durante los 20 minutos que siento sobre mi tripa el calorcito de la fuente de pasta. LA MÁS FELIZ DEL MUNDO. Por qué conformarme con menos? Manu se ha aprendido al dedillo cada uno de mis "rituales" y me encanta ver cómo coloca los cojines estratégicamente en el sofá o sitúa la botella de agua en el sitio exacto para que no tenga que perder la postura cada vez que quiera beber agua y sólo tenga que estirar el brazo. A veces se ríe mientras lo hace y me pregunta qué haremos si algún día tenemos hijos y ven a su madre comer en esas condiciones. Creo que no quiero tener hijos :)
Esto es sólo el ejemplo más gráfico que ha venido a mi cabeza, pero si nos ponemos a pensar, todos en nuestra vida buscamos estas mezclas perfectas para dar con el resultado que nos hace felices. En todos los aspectos que podamos imaginar. 
Nuestra vida es una caldero mágico y nosotros los alquimistas responsables de convertirla en algo que merezca la pena, mezclando y mezclando.
Todos sabemos lo que nos hace bien. Todos tenemos los ingredientes, sólo hay que aprender a combinarlos. Crea tus pequeños rituales y desde hoy y para siempre ejerce tu sagrado derecho a ser feliz.







3 comentarios:

  1. Increíble Tamy, me gusta mucho como escribes todo eso bonito que hay en vosotros, nos vemos pronto.

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  2. The little things in life
    esas cosas que solo nosotros entendemos y nadie mas
    todo el mundo tiene sus rituales, que son aquellas cosas en las piensas toda la semana y te ayudan a aguantar hasta que llegan
    I understand you.
    saludos ;)

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  3. entiendo que dsifrutes tanto con tu pasta porque esa verdaderamente increible :)
    es cierto eso de los rituales. Como ir al cine los viernes noche o leer en la cama.

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